Todo el mundo ha jugado un juego de azar en un momento u otro, ya sea apostando, con su promesa de grandes pagos y premios, o simplemente jugando a cartas, dados o monedas con algunos amigos. Incluso podrías pensar que también tienes algunos métodos seguros para ganar, como una forma especial de adivinar qué número aparecerá en la tirada de dados, o si aparecerá cara o cruz cuando lanzas una moneda. Si usted es una de esas personas, tengo malas noticias: está cometiendo la falacia del jugador.
La falacia del jugador se produce cuando se piensa que un proceso aleatorio actuará de una manera determinada en el futuro en función de cómo actuó en el pasado. Un buen ejemplo sería lanzar una moneda al aire. Si lanzo una moneda 3 veces y cada vez cae cara, la falacia del jugador es pensar que la moneda “debe” caer cruz. En realidad, las probabilidades nunca cambian. Hay un 50% de probabilidad de que salga cara y un 50% de probabilidad de que salga cruz cada vez que lanzas una moneda, incluso si ha caído en el mismo lado 3, 30 o 300 veces seguidas. Como siempre decimos mis amigos y yo cuando sucede algo aparentemente improbable en un juego de cartas: “Las cartas no saben de estadística”.
Los economistas conductuales han estudiado la falacia del jugador en un intento de ver cómo la gente toma ciertos tipos de decisiones financieras en el mundo real. Una forma en que esto se desarrolla es que la gente juegue a la lotería. Cada vez que una persona tiene un boleto con los números ganadores, hay una fuerte disminución en el número de personas que juegan esos números la próxima vez. En otras palabras, la gente tiende a pensar que los números que acaban de ganar tienen menos probabilidades de volver a ganar.
La mejor manera de evitar caer en esta falacia (además de no jugar juegos de azar en absoluto) es aprender sobre ella. Puede tomar una clase sobre economía del comportamiento y aprender sobre esta y otras falacias, y si descubre que está interesado en el tema, incluso podría decidir especializarse en economía.