A finales de este año, los estadounidenses votarán por un nuevo presidente. Sin embargo, antes de que esto suceda, los dos candidatos tendrán varios debates televisados en los que expondrán sus posiciones sobre todo tipo de temas, incluida la economía. ¿Es el gobierno demasiado grande o demasiado pequeño? ¿Qué programas deberían recibir recortes de gastos y cuáles deberían recibir más dinero? ¿Cuánto es demasiado para gastar en conflictos extranjeros? Como los políticos tienen tanto que decir sobre economía, pensé que sería interesante ver qué tiene que decir la economía sobre ellos.
Una forma de hacerlo es utilizar la ley de Hotelling. Esta ley económica, también conocida como principio de diferenciación mínima, describe la tendencia de las empresas competidoras a producir productos similares entre sí, en lugar de diferentes. Imagine dos empresas de refrescos que compiten y que solo ofrecen el mismo sabor. Una empresa, en un intento por captar una mayor porción del mercado, podría decidir agregar sabor a cereza a sus refrescos. Para combatir esto, la otra empresa probablemente innovará de manera muy similar, como creando su versión del refresco de cereza. Esto se debe a que crear un sabor diferente puede ser más riesgoso que crear un producto que pueda competir directamente. Puede parecer una regla obvia, pero tiene implicaciones de largo alcance.
Por ejemplo, se puede aplicar la ley de Hotelling a la política. Para hacerlo, hay que ver a los votantes como el mercado y a los candidatos como los productos. Después de las primarias, cada candidato suele tener el apoyo mayoritario de su partido. Las personas que están en juego tienden a ser los independientes, y esto es lo que los políticos suelen necesitar para ganar las elecciones. Como ambos candidatos compiten por el mismo “mercado” de votantes, tienden a desplazarse, a veces dramáticamente, hacia el centro del espectro político (a esto a veces se le llama “carrera hacia el medio”). Cuando hacen esto, algunos argumentan que los políticos se vuelven mucho más parecidos. En otras palabras, en lugar de acentuar sus diferencias, ambos se acercan.
Así que la próxima vez que estés viendo las primarias estadounidenses y te des cuenta de que un político ha cambiado ciertos puntos de vista después de las primarias, sabrás que es sólo un ejemplo de la ley de Hotelling en acción. Y si este artículo, o la economía en general, te resulta interesante, quizás quieras comenzar el proceso de solicitud para obtener un título en economía. El título vale la pena no solo por las oportunidades laborales que brinda, sino también por las nuevas formas en que podrás ver el mundo.