Hay un chiste de mal gusto sobre economía:
P) ¿Cuántos economistas se necesitan para cambiar una bombilla?
A) Ninguno. Si fuera necesario cambiarlo, el mercado ya lo habría hecho.
Para el filósofo político de Harvard, Michael Sandel, esto no es sólo una broma de mal gusto, es una representación de lo que está mal en la forma en que vemos la economía hoy. En su nuevo libro “Lo que el dinero no puede comprar: los límites morales de los mercados”, Sandel sostiene que deberíamos redefinir la economía. Cree que deberíamos abandonar parte de nuestra fe en la mano invisible del mercado y preocuparnos más por la moralidad del libre mercado.
Básicamente, Sandel interviene en la cuestión de « ¿qué es la economía? ». Él cree que cada vez que una persona mira algo que se vende, debe hacerse ciertas preguntas. Específicamente, cree que deberíamos adoptar una especie de filosofía moral en la que nos preguntemos si está bien que las instituciones (como los hospitales) tengan fines de lucro y si podrían mejorarse si no lo fueran. Al redefinir la economía para que esté más basada en la moralidad, espera que comencemos a cuestionar si algo impulsado por ganancias derrota o disminuye el propósito de esa cosa y, de ser así, qué se debe hacer al respecto.
En lugar de dar ejemplos específicos de lo que considera incorrecto en la economía estadounidense, Sandel parece estar más preocupado por lograr que la gente de todo el mundo participe en un diálogo sobre lo que es justo. Su libro, junto con su popular curso de Harvard sobre justicia (que puede verse gratuitamente en línea), le ha valido el título de “figura extranjera más influyente” en la revista Newsweek de China, así como un gran número de seguidores japoneses.
Esté o no de acuerdo con las opiniones de Sandel en el libro, la idea de redefinir la economía es interesante. Es fácil dar por sentado el hecho de que esos campos son creados por el hombre y pueden modificarse. Reexaminar algo que damos por sentado siempre es algo bueno.